1. Ubicación
El lugar donde se encuentra la propiedad influye directamente en su rentabilidad. Evalúa accesos, servicios y desarrollo urbano.
2. Condición física
Verifica instalaciones, acabados y posibles reformas necesarias. Esto impactará en los gastos iniciales y en la capacidad de alquilarla.
3. Rentabilidad esperada
Calcula la relación ingreso/gasto y mide el retorno estimado (ROI). Analiza si conviene comprar para renta o reventa.
4. Mercado local
Estudia la oferta y demanda en la zona. ¿Hay crecimiento? ¿Quiénes alquilan o compran?
Conclusión
Invertir con éxito requiere análisis profundo, no solo intuición. Evalúa cada propiedad como si fuera un negocio.